La lluvia sigue cayendo
y tú no vendrás
¿Porqué no vendrás?
La sangre sigue lloviendo
y yo yazco hundido y manchado.
La miseria de mi columna,
el mármol carcomido por la distancia,
por el aceite y las arañas,
por el pulpo que habita en los
recodos de sus escalas.
Ls serpiente se fue a dormir,
entre esputos durmió azotada.
Un verde resplandor de mi boca exhala.
No hay ya más que pretextos
y el amargo sabor de la ignorancia.
Todos los ritmos al final se evaporan.
La fina piel-tambor que SIEMPRE se apaga.
El eterno dolor del hombre derecho
culpa de compartir el frío de la almohada.
Agosto de 2010