Casus Belli: Amor e Morte
25/03/08 Hoy no tengo motivos. Para nada.
He malgastado mi mente. Nada de lo que sé me suscita algún sabor especial.
Necesito vivir, de forma desastrosa, destruirme con sabor, pero sobretodo, vivir libremente, como los grandes héroes.
Nunca me he doblegado a mi mismo. Siento inconcebible el ser tu propio enemigo, aunque me parezca razonable. Sin embargo, la vida por inercia no me ha reportado mayores placeres que a la mayoría.
Mi problema no es la disconformidad con mi propia existencia, sino más bien lo aburrido que esta me resulta.
La vida del hombre sólo es inercia, algunos ven la vida de los hombres como una línea, como un círculo o un espiral, yo veo mi vida como una serie de líneas rectas, sin ningún orden en particular, y sin embargo cada línea depende intrínsecamente, íntimamente, con la línea anterior, y con las que a esta preceden, formando así una sucesión de hechos. Así se manifiesta, desde la historia universal hasta la vida de cada uno de nosotros.
En este caso, algunos pensarán ¿es entonces el humano dueño de su destino?
A ellos respondo: El ser humano es, en la normalidad de los casos, pura inercia, tú existes por inercia, vas al colegio, duermes despiertas y vives por la sola y única razón de que nada ocurre para contrariar estas situaciones. El tiempo del ser humano es, en gran parte inercia.
Sin embargo, Eso no es lo importante, el tedio normal no es importante para tu vida en absoluto. Lo que en verdad nos hace dueños de nuestro propio destino es nuestra capacidad de romper la inercia por nuestra propia voluntad. Los hechos y situaciones que vivimos, por factores externos, naturales o humanos, y las decisiones que tomamos en nuestra vida, las grandes decisiones, actúan como puntos de inflexión en el tiempo lineal, y lo desvían, a veces de forma favorable, otras, catastrófica. Nosotros, los seres humanos, somos dueños de esta capacidad, de desviar el curso de nuestras propias vidas hacia donde creemos, será un lugar mejor.
Según Newton me parece, un cuerpo en movimiento se mueve en línea recta y no se detiene ni se desvía hasta que sobre él actúa una fuerza igual y contraria, como un asteroide en el espacio, o una pelota que gira. Sin embargo, ¿que pasaría si este cuerpo cambiase repentinamente de dirección, sin ninguna fuerza externa, igual o contraria? ¿Qué trayectoria describiría este cuerpo hipotético? Ese cuerpo, describiría la trayectoria imprevisible de la vida de los hombres.
Santiago, 25 de marzo de 2008
Ad Honorem et in Tenebras
Lord Áthurel de Númenor
He malgastado mi mente. Nada de lo que sé me suscita algún sabor especial.
Necesito vivir, de forma desastrosa, destruirme con sabor, pero sobretodo, vivir libremente, como los grandes héroes.
Nunca me he doblegado a mi mismo. Siento inconcebible el ser tu propio enemigo, aunque me parezca razonable. Sin embargo, la vida por inercia no me ha reportado mayores placeres que a la mayoría.
Mi problema no es la disconformidad con mi propia existencia, sino más bien lo aburrido que esta me resulta.
La vida del hombre sólo es inercia, algunos ven la vida de los hombres como una línea, como un círculo o un espiral, yo veo mi vida como una serie de líneas rectas, sin ningún orden en particular, y sin embargo cada línea depende intrínsecamente, íntimamente, con la línea anterior, y con las que a esta preceden, formando así una sucesión de hechos. Así se manifiesta, desde la historia universal hasta la vida de cada uno de nosotros.
En este caso, algunos pensarán ¿es entonces el humano dueño de su destino?
A ellos respondo: El ser humano es, en la normalidad de los casos, pura inercia, tú existes por inercia, vas al colegio, duermes despiertas y vives por la sola y única razón de que nada ocurre para contrariar estas situaciones. El tiempo del ser humano es, en gran parte inercia.
Sin embargo, Eso no es lo importante, el tedio normal no es importante para tu vida en absoluto. Lo que en verdad nos hace dueños de nuestro propio destino es nuestra capacidad de romper la inercia por nuestra propia voluntad. Los hechos y situaciones que vivimos, por factores externos, naturales o humanos, y las decisiones que tomamos en nuestra vida, las grandes decisiones, actúan como puntos de inflexión en el tiempo lineal, y lo desvían, a veces de forma favorable, otras, catastrófica. Nosotros, los seres humanos, somos dueños de esta capacidad, de desviar el curso de nuestras propias vidas hacia donde creemos, será un lugar mejor.
Según Newton me parece, un cuerpo en movimiento se mueve en línea recta y no se detiene ni se desvía hasta que sobre él actúa una fuerza igual y contraria, como un asteroide en el espacio, o una pelota que gira. Sin embargo, ¿que pasaría si este cuerpo cambiase repentinamente de dirección, sin ninguna fuerza externa, igual o contraria? ¿Qué trayectoria describiría este cuerpo hipotético? Ese cuerpo, describiría la trayectoria imprevisible de la vida de los hombres.
Santiago, 25 de marzo de 2008
Ad Honorem et in Tenebras
Lord Áthurel de Númenor
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