Quizás en el Parque Forestal, Santiago de Nueva Extremadura, Chile
Creo ser de aquellos hombres felices/
que no olvidan el canto de las gaviotas./
Y que guardan en medio de su pecho/
El sudor diáfano de las alondras./
Creo ser como las olas,/
que lamen, respiran y no dan tregua,/
quizás de tanto besar las rocas/
pueda algún día descansar de ser piedra./
Pienso que mirar la infinita almohada/
con rostro de viril melancolía/
es tentar a coagular la sangría/
Y mientras haya arpas en la luz del día/
podré cabalgar libertino las llanuras/
hasta hallar una que sea mía.
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