lunes, 2 de mayo de 2011

Intempestivo, efusivo, atrevido, crónico

Ayer antes de dormir un escalofrío de terror recorrió mi espalda. Estaba enamorado. No como la primera vez cuando no pude darme cuenta. No como la segunda vez cuando la sobredosis de endorfinas me dejó imbécil por meses. No como las infinitas veces siguientes que hedían cada vez más a resignación e indiferencia, al punto de negar su misma naturaleza de re-encuentro.

No.

Este amor es extraño porque es el reencuentro de dos tiempos, y eso es peligroso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario