viernes, 14 de octubre de 2011

Araucanía #8858

Uno de los muchos aspectos en los que soy casi idéntico a mi padre es en la pasión que sentimos por la historia como un proceso vivo, como una planta que siempre crece de las formas más intrincadas y hasta en las más duras condiciones, pero lo más importante, sus ramas se extienden siempre hasta el presente, y de ellas, y de los troncos que se unen a ellas en una cadena casi eterna, no podemos huir jamás.

Hay quienes ignoran derechamente esta situación. Hay quienes prefieren evitar ser conscientes de ella. Yo simplemente siento una pasión irrefrenable por entender la sucesión de hechos que me llevan al momento mismo en que reflexiono éstas cosas... como volutas de humo.

Ahora bien, una especie de hobby absolutamente íntimo que poseo es el de aplicar este mismo razonamiento a mi propia historia. No estoy dotado de una memoria particularmente exacta, por lo que cuando reviso mi historia hacia atrás, comienzo sintiéndola casi como externa a mí, y de a poco me va suscitando intensas emociones que se asocian a lugares, aromas, luces y toda clase de sensaciones físicas y subjetivas.

Mi memoria es más que nada un collage de emociones y sensaciones asociadas a recuerdos, lugares y personas, pero con una cronología simplemente imposible de reconstruir formando un relato coherente. Es una base de datos llena de detalles pictóricos, pero absolutamente fragmentaria. Y por eso me encanta.

Al hablar de mi memoria hablo de mi subjetividad, hablo de sensaciones que difícilmente podría describir a otras personas, y que por ende resultaría inútil para hablar con objetividad sobre algún hecho pasado.

Es ésa una de las razones de porqué escribo aquí. Si bien muy pocas veces hago referencias directas a los hechos que me motivan a escribir (sé que el tiempo los hará difusos y no espero lo contrario), dejo pistas que sólo yo puedo interpretar. Una imagen y una canción. Si lo hubiera, un poema.

Así cuando repaso las entradas de éste sitio voy recordando con detalles más vívidos aquellas sensaciones, y puedo, hasta cierto punto, sólo hasta el punto que deseo, recordar aquellos pasajes de mi historia que llevo marcados a fuego y de los cuales jamás me desprenderé.

Hoy me sentí preso de una emoción bastante particular, y como es muy difícil describirla con exactitud, simplemente la llamaré "emoción de Araucanía 8858 durante la primavera del 2008". 

¿Qué la desencadenó? es precisamente lo que puede echar algo de luces sobre los elementos que la componen.

Temo que estoy cautivado por una mujer. Es de ésas mujeres a las cuales debes acercarte con la mayor de las cautelas, con el pétalo de una rosa, pero que cuenta con todas las capacidades para hacer de ella mi compañera, mi igual. Ahora bien, no es que deje de ser realista. Conozco bien mis enamoramientos, y sé que si bien son íntegros, no son tan profundos como para dar una batalla demasiado prolongada, esto es afortunado, pues así no tengo dolores que temer.

Por otra parte, y quizás como consecuencia de ésto, me siento rejuvenecido, con ganas de sentirme y sentir, de verme y ser visto como un intenso adolescente. Después de todo, una dulce maldición del año 2006 me conminó a dejar una parte de mí congelada para siempre en los 14 años, y he sabido aprovecharla con deleite con todo lo que ha sucedido. Todo, o casi todo.

Así que me he puesto a escuchar las canciones de aquellas épocas, canciones que jamás olvidaré, y que siempre vuelven a mí. Últimamente mis gustos se hacen cada vez más diversos, pero las primeras bandas de metal que conocí, siempre serán inolvidables.

Un saludo a la niña floridana que algún día, años atrás, fue dueña de mi corazón, y supo hacerlo florecer. La he estado recordando hoy, y creo que ha sido algo bonito. Eso también es parte de la emoción que espero haber detallado más o menos con claridad, y para la cual he compuesto ya bastantes versos.

Solus Voluptas Manebo
Áthurel Rimbaud

P.S: en la foto sale mi cara de persona recuperada de amigdalitis, con frío e intentando escribir un ensayo para la U. Estoy feliz porque por fin me recuperé, así que ahora tengo que ponerme al día con mi amiga Consuelo y el dios Baco Eleutérios.

Canción del día.
No recuerdo si acaso la he posteado alguna vez. Es probable que sí. Alguna vez la canté suavemente en el oído de la mujer que amaba. Hoy, y quizás mañana ya no, espero de todo corazón volver a hacerlo. Claro que la mujer en cuestión no será la misma, ni merecerá el título que la canción apunta. Será un eco, un recuerdo, de un pasado intenso y turbulento, que dará paso a una nueva intensidad. O al menos ese es mi sueño, por el día de hoy. 


Queen of Pain (Alkaline Trio) (trad. propia)

Hay un fuego formándose, no muy lejos de aquí
en la costa este quizás, reside dentro de ti, querida mía.
Despojados de toda cortesía hicimos nuestros llamado
como murciélagos sin sangre, gritamos en la noche de Nueva York.

Y tienes una divertida manera de mostrarme tu cirugía de tocador
me dices que sólo estabas intentando no pensar en abandonarme.
Hay algo que debo decirte, pues podríamos no tener mucho tiempo, yo
nunca vi brazos como los tuyos.

Y las estrellas en la noche son grandes y brillantes
profundas en tus ojos, Miss Vincent
Me dijiste que alguna vez te hice reír, los dos sabemos bien que es mentira
No soy un buen bufón pero probé tu comida por veneno

Tu majestad, tu Real melancolía
soy leal a mi reina del dolor

Hay una fuerte lluvia cayendo, de seguro inunda tu ático
pero no puede apagar el fuego que reside en ti, querida mía
Hay algo que debo decirte, pues podríamos no tener mucho tiempo, yo
nunca he visto cicatrices como las tuyas

The stars at night are big and bright
Deep in your eyes, Miss Vincent
You told me once I made you smile
But we both know damn well I didn't
I'm not much of a jester, but I'd test poisoned food for you
Your majesty, you're royal blue
I'm royalty, my king of pain 

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