miércoles, 28 de octubre de 2009

Esta es una brevísima loa que construí para el más hermoso par de piernas que jamás he visto. Las encontré en una fotografía, navegando por internet. Quedé pasmado por su belleza. Tengo la imagen en mi PC, obviamente la descargué apenas la vi. Hoc est:

Eran las mejores piernas que jamás había visto; sobrecogedoras. Y el sol se ponía sobre el promontorio de tela negra que había entre ellas. La cara interior de los muslos posee esa curva que denota la perfecta proporción de blandura, o mejor dicho, mordibilidad, que se reduce al acercarse a la entrepierna, y que se transforma allí en tendón o hueso o qué se yo manjar. Esa parte de la piel es extremadamente sensible y por ende, deseada.

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