miércoles, 14 de octubre de 2009

Tú.

Tú.

Ahora ya no te hagas la mártir, la estulta, la estúpida o la hueona. Sabes que es ahora cuando más te necesito, necesito que no te apartes de mí ni un segundo, que no apartes tu espalda de mis ojos, que no apartes tus ojos de las más burdas nimiedades, sólo así las cosas podrán caer por su propio peso, necesito que comprendas que debes terminar de empezar a matar mi reflejo... como yo ya lo hice.

No importa si quieres hacer como si no oyeras estas cosas (o si realmente eres tan idiota como para no darte cuenta). A estas alturas, quedarnos callados es la mejor opción, la mejor manera...

Hoy, debido a la maldición de  no respaldar los documentos de blogger, perdí un principio de ensayo de poesía que había comenzado, y que se veía bastante interesante. Su tesis es que la vida del poeta es una paradójica relación (poetas y paradojas, no podría ser de otra manera) entre la vida bohemia y la monástica.

Las tesis que suenan más inverosímiles suelen ser las más interesantes una vez que se fundamentan...

Otra tesis que me llamó la atención hoy se subió hoy a mi bicicleta en un semáforo, mientras bajaba por Eliodoro Yáñez.

Esta decía que la literatura es el estudio de tres elementos: la realidad objetiva o perceptible, la subjetividad psicológica del individuo (que podría entenderse como real sólo para el individuo que la posee) y la ficción, pero por sobre todo, la literatura estudia la forma en que estos tres elementos fundamentales se enlazan en una obra literaria.

Resulta agradable saber que alguien leyó lo que escribí. Sinceramente admiro el estilo de escribir de esa persona.

Ad Honorem et in Tenebras
Lord Áthurel Rimbaud

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