jueves, 15 de octubre de 2009

Pequeñas disquisiciones gastronómicas de un mimo, un payaso, un actor de kabuki o alguna huevá parecida.

Soy un mimo, un payaso, un actor de kabuki o alguna huevá parecida, empiezo a bailar...

Empiezo a danzar y hacer maromas, a volar por el aire y pararme con las manos, pero olvido que la sangre siempre se te va al cerebro, suba o baje, inunda tu cerebro desde los lóbulos frontales hacia adentro, lo hace reventar de sangre.

Es parte del show; debo intentar liberar la presión de mi encéfalo de alguna manera... debo sufrir para dejar de sufrir, es ridículo, pero vamos, soy un mimo, un payaso, un actor de kabuki o alguna huevá parecida, nada tiene ya sentido con la música de tambores exóticos, nada que el opio no pueda subsanar. Pienso un momento: no hay nada que el opio no pueda parir.

Comienzo estrellando vigorosamente mi cabeza contra una torta; quizás la guinda que la corona me libre de este tormento. La gente estalla en risas, que sólo hacen que mi cabeza se llene de sangre. Mis dedos y mis brazos se estan entumeciendo, se tornan morados, mas yo sigo bailando. No pasa nada.

Intento golpear mi cabeza furiosamente con toda suerte de cosas, almohadas, aves vivas y muertas, miembros humanos, hasta un bebé que quedó destrozado tras bambalinas, pero mi cabeza aún permanece aprisionada, mis nervios lentamente se ahogan, me hago cada vez más estúpido.

Finalmente me rindo a una parálisis total de la parte racional de mi mente. Sólo me queda una idea, una pasión, recurrente y obsesiva: liberarme de esta presión a toda costa. Soy un mimo, un payaso, un actor de kabuki o alguna huevá parecida, y por eso no puedo permitirme morir así.

Creo que ya lo he intentado todo. No quedan más objetos para golpear mi cabeza en este universo, ni en otros, salvo mi almuerzo. Sin embargo, no creo que logre conservar el mínimo de razón que me queda por mucho más tiempo, así que, para calmar al ser totalmente demente en que he de convertirme, dejaré mi almuerzo a mi (su) alcance, por si quiere usarlo para arrastrar mi cerebro a través de él.

Tenemos serias disquisiciones acerca de qué aderezo sería más apropiado para manantializar nuestros respectivos lóbulos de la cosa gris esa... Insisto en que el ketchup no sería apropiado, debido a su abundancia, pero, por ejemplo, un limón demasiado jugoso, nada de sabor lo daría... si en algo estamos de acuerdo, es en que no queremos nada de sal.
 
Pues ya está. Somos un mim..azo, un engendro kabuki o alguna huevá parecid. No piens...amos darte la receta para mi almuerzo. Pero te aseguro que me quedó exquisito...

Qué bien huele esta barra de acero! definitivamente el estragón con gengibre son un excelente barniz... Déjame, yo estaba aquí antes que tú, voy a probarla primero. ¡Mira! ¡mira como saltan los trozos de piel y pelo! definitivamente no pudo haber sido mejor receta. ¡Soy libre! ¡ya nada me duele! Puedo existir esparcido por tres paredes al mismo tiempo, puedo recorrerlas, caer lentamente o simplemente quedarme pegado en el techo por todo el tiempo que quiera, soy uno, pero soy mil pedazos al mismo tiempo, sabía que mi era como una roca, que se parte en mil pedazos cuando es atacada por la picota, pero sigue siendo una, la misma.

Solía ser un mimo, un payaso, un actor de kabuki o alguna huevá parecida, hoy soy algo mucho mejor, y de verdad puedo hacer reír a las personas. He conocido lugares que no podrías imaginar, pero que están frente a tus narices. He abandonado toda prisión, toda prisión.

Solía ser un mimo, un payaso, un actor de kabuki o alguna huevá parecida, hoy soy un torrente carmesí de plasma, versos y eritrocitos, y corro libre entre la mierda por un río llamado Cuneta de la Calle Principal de Una Aldea Miserable. Soy perfecto, soy libre, soy feliz.
 __________________________________________________
Un delirio que definitivamente no tenía previsto para hoy.

Ad Honorem et in Tenebras
Lord Áthurel Rimbaud

No hay comentarios:

Publicar un comentario